Mantener un grado de humedad adecuado en el hogar es importante para el clima interior y, por lo tanto, también para la salud y la estructura del edificio. Por eso, no es suficiente con mantener niveles de humedad bajos o altos, ya que en ambos casos puede haber complicaciones.
El grado de humedad debe estar preferentemente por debajo del 60 % o 65 % en verano y por debajo del 40 % o 45 % en invierno, pero nunca por debajo del 25 %.
Hay algunos indicios claros de que el grado de humedad de su vivienda es demasiado alto.
Algunos ejemplos son:
- Malos olores, como en sótanos húmedos.
- Manchas negras en las paredes y los alféizares de las ventanas.
- Condensación en la superficie interior de las ventanas.
- Papel pintado despegado.
La condensación matutina en la superficie interior de las ventanas es normal cuando hace frío en el exterior, en especial en dormitorios. Sin embargo, es mala señal que se acumule agua en el borde de las ventanas o que estas permanezcan húmedas durante todo el año.